Con degeneración macular ve todos los árboles, menos el que está mirando
Actividades como enhebrar una aguja, leer letra pequeña, ver televisión o usar el celular, se vuelven muy complejas cuando hay degeneración macular. En algunas ocasiones lo puede llevar a la pérdida total de la visión central.
Los pacientes con degeneración macular en fases iniciales, no presentan ningún síntoma y la enfermedad puede pasar desapercibida. Pero a medida que avanza, el paciente puede notar una leve sensación de nube en su visión, distorsión de las imágenes, alteración en la visión de colores y pérdida del campo visual central.
Este daño en el campo visual ocasiona que el paciente que padece degeneración macular pueda percibir la imagen periférica pero no las centrales, lo cual le dificulta la lectura, ver un rostro, ver el celular o la televisión y en muchas ocasiones puede ver los árboles que tiene alrededor pero no el que quiere ver.
Es una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores de 50 años de edad; según diferentes estudios se estima que afecta entre el 6 y el 10% de las personas mayores de 65 años y hasta el 30% de las personas mayores de 75 años.
A esto se suman otros factores de riesgo como la raza; algunos estudios afirman que las personas de piel blanca tienen mucha más probabilidad que los afroamericanos de perder la visión por causa de la degeneración macular.
El historial familiar también es importante, ya que las personas con familiares que han tenido degeneración macular tienen riesgo de desarrollar la enfermedad. Por último el sexo. Hay estudios que demuestran que el sexo también influye, donde las mujeres parecen tener mayor riesgo que los hombres de contraer esta enfermedad.
La única forma de detectar de manera oportuna la degeneración macular, es con exámenes periódicos por parte de médico oftalmólogo. Se recomienda que después de los 50 años se realice una evaluación anual de la retina con exámenes especiales de campo visual, pruebas de visión de colores, sensibilidad al contraste como mínimo, y en casos especiales un OCT o escáner de retina y una microperimetría.
Con estos exámenes se puede diagnosticar de manera oportuna el daño o el riesgo de daño de la mácula, lo que evita que se presenten los síntomas de la degeneración macular. De lo contrario, una vez que la degeneración macular seca alcanza la etapa avanzada, ningún tipo de tratamiento puede prevenir la pérdida de visión, ya que estos tratamientos retardan el proceso pero no lo curan.